El victimismo es una programación mental muy socializada en la que uno se siente tan identificado con el sufrimiento en sí, que lo acepta como forma de vida.

 

¿En que consiste el Victimismo?

Consiste en creer que el sufrimiento tiene sentido porque se puede obtener algo interesante con él: ser especial ante los demás, controlar, manipular o recibir un trato de favor empleando el mismo sufrimiento como reclamo.

Este funcionamiento mental constituye un profundo ataque inconsciente a uno mismo, al fomentarse sistemáticamente la identificación con el sufrimiento se refuerza profundamente la sensación de ser incorrecto y, además, uno se predispone a recibir ataques.

 

¿Que sufrimientos causa el victimismo?

La persona que se ha identificado con el sufrimiento ha perdido de vista su anhelo de bienestar más esencial, ha olvidado muy profundamente que él es el goce.

El victimismo te sumerge en la depresión y el rechazo al mundo, porque se vive en la creencia de que la vida es sufrimiento y dolor.

La creencia en el sufrimiento es tan profunda que la experiencia de vida resultante es una constante serie de ataques recibidos de variadas formas.

La persona que está bajo la programación mental predominantemente victimista ni siquiera tiene consciencia de que es ella la que se está atacando a sí misma.

Al encontrar sentido en el sufrimiento, encuentra igualmente sentido en los ataques que recibe de la vida. Es un triste círculo vicioso.

El sufrimiento no tiene sentido

El sufrimiento no tiene objeto, no sirve para nada, no tiene sentido más allá de tomar conciencia de que se está sufriendo para comprender la necesidad de un cambio de percepción.

La fe en el sufrimiento para ganar es un grave ataque a ti mismo.

Si te has dado cuenta de que el victimismo es un virus mental, entonces el ataque no tiene sentido.

¿Que podemos hacer para liberarnos del Victimismo?

Como el victimismo es una programación subconsciente muy habitual, que aflora en la personalidad , la práctica consciente que podemos hacer para lidiar y trascender esta sombra, muy común en nuestros programas mentales (ego), es observar cuanto y cómo opera a través de ti.

Observar si está muy activa, o si la puedes detectar en otras personas.

Observa también si al detectarla en otro te afecta, pues en ese caso está hablando de ti, de que esta programación también está en ti, aunque no te hayas dado cuenta, ya que es más fácil verla en el otro.

La invitación siempre es de ampliar la observación hacia dentro, cambiando lo que crees que son causas, si ves a alguien actuando bajo este programa mental, y sientes:

“Me molesta que tenga una actitud de víctima “

La práctica de conciencia es que te responsabilices, y reconozcas que la causa es que tienes este programa subconsciente y lo proyectas viéndolo en los demás, entonces tú percepción te engaña, haciendo juicios hacia el otro, cuando en realidad el otro es sólo un efecto y la causa es interna.

Práctica de Conciencia para el Victimismo:

Te propongo una práctica de conciencia para el dia a día:

Hoy estaré atento y observaré en que momentos este programa opera a través de mi, en que momentos del día o situaciones cotidianas me siento víctima, me veo a mi mismo/a como víctima, o veo a otra persona como víctima.

Pero aunque lo que detecta que este programa subconsciente esté en mi, no es sólo que lo puedas ver en otro, sino que «te molesta» «te mueve», porque si no te molesta, no está hablando de ti, pero si te «toca» entonces si.

Y al observarlo, date cuenta que si te sientes víctima, o ves victimismo en el otro, es porque te estás dejando guiar por una programación mental, arraigada al subconsciente, un patrón mental que viene del sistema de pensamiento del ego.

Y al reconocer que nos estamos dejando llevar por el ego, y por eso me siento así, podemos elegir de nuevo.

Elijo de nuevo, elijo al Amor como mi guía, soltar la idea de que soy víctima, y sentir que verdaderamente soy Amor, soy aceptación, soy ilimitado, eres ilimitado, te libero y me libero de mis proyecciones erróneas, vuelvo al reconocimiento de lo que Verdaderamente Soy.

Primer paso:

1.- Sentir la emoción, para sanarla, sin rechazarla, siente esa emoción que aflora, observando donde la sientes, en el pecho, en la garganta…

Porque la clave es prestar total atención presente y compasiva, sin alimentar el juicio de tu mente pensante, buscando causas externas, solo me abro a sentir sin juicio al sentimiento.

Si,  sin juicio a lo que creo que ha generado esto, suelto todo lo que creo que son causas, esta es la clave “me abro a sentir sin interpretación”.

Una vez llegamos a sentir este bloqueo emocional como una sensación física dentro de nuestro cuerpo, estamos preparadas para transmutarlo con la alquimia divina, retirándolo fuera del cuerpo con el poder de nuestra atención compasiva.

La compasión significa que tú puedes venir hasta mi y yo te dejaré pasar sin interferencias ni juicios.

Segundo paso:

2.- Al dejarlo pasar, te abres a mantener el foco en la energía interna, desde la compasión.

Si al principio sientes que la sensación o malestar empeora, no te preocupes, no significa que esté empeorando, significa que tu conciencia del malestar está creciendo, y esto es fantástico.

Podemos estar sintiendo dolor , sin rechazarlo ni juzgarlo, ni interpretarlo, al no haber juicio, ni rechazo, ni interpretación, se está diluyendo la causa por lo que fue creado, y que precisamente fue por poner el foco en pensamientos que provienen del ego, y creencias arraigadas durante años.

Estamos liberando esta energía que lo genera, estamos abriéndonos a que la Presencia Divina lo transforme, deja que este dolor siga su camino, sin interferir.

Mantén la respiración consciente en todo el proceso.

A medida que hacemos esta práctica de consciencia, nuestro dolor es liberado poco a poco, sanado, dejamos de tener miedo a sentir emociones dolorosas.

Y asi es como pasamos de sentirnos víctimas a darnos cuenta de que el victimismo es solo un programa inconsciente, diseñado por el ego, y que podemos transformarlo, soltarlo.

 Laura Cárcel